Comentario: Tapas Argüelles. Aunque tiene un nombre transgresor y divertido, no es un "bareto" joven y vacilón, sino un bar clásico y castizo fundado en 1951. Paredes llenas de carteles, cuadros y motivos taurinos, incluida una gran cabeza de un toro Vitorino disecada. Un lugar de peregrinación de los vecinos tradicionales de toda la vida y de gente que trabaja en el barrio, donde van a tomar unas cañas bien tiradas y tapear sus especialidades de siempre. Una barra grande, donde sucede lo más importante, se llenan antes de comer y después de trabajar. Un comedor al fondo con cuatro mesas. Ambiente agradable y servicio muy amable y cercano. Buen número de vinos por copas.

Especialidades: Las especialidades son muy claras y todo el mundo va a lo mismo. Ensaladilla, que debería ser fija en el pedido, ya que es una de las mejores de Madrid. Es de patata blanda, mucho bonito muy desmenuzado, guisantes, toquecito de color y cremosa mayonesa. Ricos boquerones en vinagre, como los calamares. Buena mano para la fritura andaluza y un interesante listado de mariscos: cigalas, langostinos, berberechos, percebes, nécoras, etc. Si quiere acabar con algo contundente, pida unos callos que están bastante buenos, también un correcto solomillo. Tapas Argüelles.