Comentario: Cenar en domingo noche Madrid. Divertido picoteo “oriental” en La Alameda de Osuna. Una buena oportunidad para dar un paseo por un parque único, El Capricho, y quedarse a cenar o comer en esta taberna de comida callejera asiático – mediterránea. Local tirando a pequeño, algo ruidoso y con la cocina integrada. Mesas altas de mecano-tubo, tapa de madera, taburetes sin respaldo y una barra frente a la cocina. Es una taberna de comida callejera (street food; ellos hablan también de esfuerzo y perfección en su trabajo > kung food). No busque que sea acogedor, tampoco es para una cena de mirarse a los ojos, sino para pasarlo bien probando sabores sorprendentes y exóticos, que le llevarán a todas las cocinas de Asia. Tiene una terraza “de acera”, sencilla pero agradable, al estar ubicada en parte, en una zona ajardinada entre dos bloques de viviendas. Pertenece a la misma propiedad de Bahía Taberna, situada a pocos metros.

Especialidades: Carta corta, que nunca importa, salvo que uno viva en el mismo barrio... y ni eso. La clave: que esté bueno. Elaboraciones llenas de desparpajo y desenfado, tapas y platillos que divierten y apetecen probar sus contrastes y diferencias. De la carta uno casi ni se entera, si sigue las recomendaciones de la casa. En líneas generales todo está a buen nivel. Destacan las gyozas de langostinos y shiitake con guiso de panceta; las black gyozas de papada y chipirón en su tinta; y los dim sum de rabo de toro con huevo de codorniz y kimuchi. Agradables, el bao de butifarra, hoisin, repollo, pepino y mayonesa; y la papada ibérica con chipirones y salsa a la pimienta negra. Buen sabor la carbonara con gamba roja y salsa americana. Lo que menos gustó, el rollito de repollo, zanahoria, rollito de cangrejo y yema de huevo. En los postres, baja algo en nivel. Té-ramisú de té matcha con chocolate blanco, correcto. Y el bizcocho húmedo de chocolate picante... una especie de brownie con crema y helado. Carta corta de vinos, pero bien seleccionada. Cenar en domingo noche Madrid.