Comentario: Comer bien por 30 € Madrid.
La restauración madrileña anda atestada de novedades con muy diferentes modelos de negocio. Cada día se hace más patente que los restaurantes tengan personalidad, camino propio y valores diferenciales. Ya no basta con que se cocine bien, la desatada búsqueda de novedades está haciendo muy duro el camino.
Este mismo Grupo Amicalia lo sabe mejor que nadie: Alabaster uno de los buenos restaurantes de Madrid lo tienen lleno desde siempre. No obstante, el otro importante abierto en su día, tuvo que cerrar, quizás por falta de personalidad, proyecto.
Sin embargo, Arallo es un modelo de taberna muy informal, con personalidad y un concepto diferencial detrás. Y se come bien y como en casi todas las cartas actuales, la fusión entra en la función. Cocina fusión del mar gallego, que tan bien trabaja esta casa. Juegos de palabras, aderezo o receta global y chispa creativa, que añaden diversión.
Barra larga con taburetes y tras ella, cocina y cocineros informales oficiando, sirviendo y explicando los platos. No admite reservas, no tiene cubiertos de verdad, que son de madera junto con los palillos. No tiene postres ni café, como algunas casas de comidas… para que la gente se vaya y deje sitio a los siguientes. Esto hace que sea más barato, claro.
Frente a la barra, mesitas altas minúsculas y 3 mesas bajas al fondo, donde también hay un reservado pequeño. No reservan. Las bebidas es cosa de los camareros.
Especialidades: En el plato, muy parecido a la de Coruña que conocimos el verano pasado. Volandeiras agripicantes: frescura, sabor, buen aderezo, estupendas. Tartar de jurel y sopa de tomate-guindilla: pleno sabor del pescado, frescura aromática y quizás más ensalada que sopa. Croquetas (de salsa verde) de nigiri de merluza salpresa. Buena idea bien ejecutada en el "emplatado": una especie de trampantojo con mimbres españoles para hacer un bocado de inspiración japo; lo mejor de la comida.
Pato con navajas y endibias: gyozas de pato en un jardín marino y vegetal; muy agradables. Coliflor kimchee y mejillones. Salsa interesante, sin embargo el plato dice poco. Tuétano con tartar. Plato trascendente, aunque a nuestro tartar de vaca rubia gallega lo atropelló el gran hueso del tuétano recién sacado del horno… la carne no era tartar, estaba demasiado hecha. También lomos de sarda sobre patata machacada con jalapeño.
Por cierto, llegamos 2 personas y nos sentaron en una mesita alta, las 3 mesas bajas vacías. Llegan 3 personas más y naturalmente las sientan en una mesa baja. Cuando estamos acabando de comer le hago ver a la encargada el error. Siéntese si quiere en la mesa baja. Jejeje ahora, cuando estamos acabando… con la taberna vacía y sin posibilidad de reservar, los que vengan se sientan sin interesarles las ocupaciones. Es un sinsentido no tratar lo mejor posible a los que están, para que vuelvan. De este modo, el cliente sale dolido y se ha facturado lo mismo... y habrá muchos que no volverán.
Comer bien por 30 € Españoles Madrid.
Comentario: Comer bien a buen precio Madrid.
Tiene nombre de playa de El Sardinero y es otro restaurante más, fruto de la sociedad y amistad de Paco Quirós y Carlos Crespo (empresario gastronómico cántabro). También La Maruca (2013) y La Bien Aparecida (2014). Cañadío (2011) es solo de Quirós y Teresa Monteoliva, su mujer. En éste comenzó la identificación de la cocina de Quirós con el Barrio de Salamanca.
Cocina de la memoria familiar, recetas de ama de casa tradicional burguesa, sencilla y sabrosa. Pero cocinadas por profesionales y en un restaurante contemporáneo. También hay muchos platos que hemos comido en restaurantes del Cantábrico y en otras partes de España, pero buscando buen producto, punto y acabado. Aquí no hay creatividad, sino búsqueda del mejor sabor, la mayor sencillez, técnica profesional y puesta en plato actual. El éxito de todos los locales está en la regularidad, lo que comes hoy lo vuelves a comer mañana.
Ubicado en famoso primer edificio de la Gran Vía, desde su rotonda de ventanas tiene buenas vistas a Alcalá. El local es desenfadado, con cálida decoración, creadora de buena atmósfera y “buen rollo” entre cliente y servicio.
Abierto desde las 8 de la mañana, tiene una barra y mesas informales donde poder desayunar el brunch español de toda la vida, almuerzo de cuchillo y tenedor: huevos fritos con cosas a su alrededor, bocadillos, tortillas francesas con diferentes ingredientes, tortilla de patata, zumos, cereales, yogur. Y la tortilla de patata, no deje de comerla también como aperitivo. En la mesa también se pueden pedir medias razones, lo que alarga la paleta de sabores.
Especialidades: Parte de la carta tiene lo mejor de cada casa, es decir, los platos de éxito de cada restaurante, apúntese a ellos: deliciosas rabas (calamares rebozados) con suave alioli, tradicionales anchoas de Santoña, sabroso pudin de cabracho, cremosas croquetas de lacón y huevo, equilibradas y buenas bravas, delicados buñuelos de bacalao.
La merluza es otra de las especialidades Quirós, la ha bordado de siempre en su restaurante de Santander. Desde la suprema simplicidad de la rebozada y frita, a la virtuosidad de la merluza de rula con patatas panadera, o la meunière 1981.
Hay otros platos interesantes: buena ensaladilla, aunque quizás la que comimos, tenía una mayonesa de acabado demasiado “líquida”. La estupenda menestra de verduras con jamón y su jugo. Los consistentes huevos con puré de morcilla de arroz y patatas fritas en tempura (en recuerdo del Hostal Landa de Burgos). Patatas rellenas de rabo, y consistentes callos.
Y tres postres muy buenos: la tarta de limón, el flan de huevo como El Riojano y la tarta de queso Cañadío. No se pierda los dos últimos. Buena carta de vinos, no muy larga pero bien seleccionada por Teresa Monteoliva.
Comer bien a buen precio Madrid.
Comentario: Dónde comer bien a buen precio Madrid.
En el Parque Temático Tabernario de Madrid, hay otra nueva atracción. José Luis Martínez, profesional siempre vinculado al negocio como cocinero o director, ha considerado que ya era momento de ser propietario. Ha creado una taberna contemporánea donde tapear o comer con informalidad y solvencia.
Cocina de raíz, sencilla, elaborada por un camino actual, sin estridencias ni rupturas. Buen producto, buena mano cocinera y las mayores ganas de agradar.
Barra a la entrada con buenas raciones para el picoteo. Dos comedores en el interior, acogedores y cálidos, decorados con manda la informalidad reinante. Es decir: mobiliario y elementos decorativos hijos de varios padres y otras tantas madres.
Especialidades: Con medias raciones se divertirá más con: la bien emplatada y buena ensaladilla escabechada, mejor mezclar los ingredientes antes de comerla. Los espléndidos, crujientes y desgrasados torreznos de Fuentidueña, (no se los pierda). Las cremosas bravas, un buñuelo ligerísimo que ha ganado premios nacionales; de las mejores de Madrid. El básico aderezo del salmón al gin tónic; el tartar de atún o el cebiche de dorada.
Buenos chipirones salteados con cebolla roja, tan solventes como el bonito con piperada, ambos perfectos de punto. Terrina de cordero con su jugo de asado y berenjena confitada, seca y sobrecocida. También pluma ibérica con emulsión de papa violeta. Carrillera estofada con vegetales. Torrija o tiramisú, de postre.
Carta interesante de 50 vinos con buena selección de marcas, zonas menos tópicas, vinos singulares e incluso algunos radicales.
Dónde comer bien a buen precio Madrid.
Comentario: Comer bien y barato en Madrid.
Marisa Sarriá, tras años de matrimonio con su marido Ansorena, crea una marca duplicada como taberna, para utilizar comercialmente el fondo de comercio construido por ambos durante más de 20 años.
El marido, cerró su Asador Ansorena en Poeta Joan Maragall (Capitán Haya), pero su mujer se dedicó a lo que sabe y le gusta hacer, los guisotes vascos. Cocina casera y sincera, vizcaína, con el buen punto que sabe dar Marisa.
El comedor está lleno de habituales porque la calidad de su menú es imbatible.
Barra con pintxos y comedor frente a ella. Las tapas funcionan mejor por las mañanas, que por las tardes-noches, que hay poca variedad. Bodega muy tradicional y comercial.
Especialidades: En la barra: gildas, tortilla de patata jugosa, croquetas de jamón, ensaladilla más que correcta y buena tortilla de bacalao entre otras raciones.
En la carta: alcachofas fritas, pochas, judías de Tolosa, chipirones encebollados, buenos bacalaos, sobre todo al pil pil, Club Ranero y las delicadas cocochas de bacalao también al pil pil. Albóndigas muy considerables, como las carrilleras o el rabo de toro estofado. Buena casquería: pastel de manitas vizcaína, buena la lengua de ternera en salsa. Pantxineta de hojaldre de postre muy correcta.
Comer bien y barato en Madrid.
Comentario: Restaurantes donde comer bien a buen precio Madrid.
Villoldo es nombre “madrileño” del mejor restaurante palentino, que en Villoldo lleva el nombre La Estrella del Bajo Carrión. Cuando uno era muy joven, tras la jornada cinegética pertinente, ya comía las alubias viudas de Pilar Pedrosa y su madre (la iniciadora).
Alubias que con el agua de Madrid tardan en cocerse ¡una hora menos! Y Pilar, las madres siempre las madres, se ha venido con su hijo Anselmo a Madrid.
Los dos lo bordan. Ella cocinando cosas sencillas con un punto supremo, y él, con experiencia multinacional en grandes empresas hosteleras, vendiéndolo en la sala. El recetario de siempre pero muy bien hecho.
El mejor producto de su tierra y la naturalidad suma en la sartén, para conseguir elaboraciones refinadas con toque personal. La sobria y vieja Castilla, en todo su esplendor.
Algunos días, Alfonso Fierro, hermano de Anselmo, viene a Madrid a ayudar a su madre en la cocina. Los más, se queda en Villoldo cocinando para todos los restaurantes.
Correcta bodega y servicio muy amable y cariñoso. Hasta los fumadores tienen un pequeño patio interior para fumar el cigarro, incluso entre platos o con una copa después de la comida o cena.
Especialidades: Deliciosos los pimientos rojos de Torquemada asados en leña de encina y embotados en Palencia. Buena cecina de vaca de Astorga con rúcula y lascas de queso viejo castellano. Gran menestra de verano, a pesar de que las verduras son veraniegas. Meloso y refinado el revuelto “sin cuajar” de huevos de corral con hongos, cebolla confitada y foie fresco.
Excelentes alubias viudas de Saldaña, el sabor de la legumbre tal cual. Destacada terrina de oreja de cerdo. Buena ventresca de bonito de Santander, también vienen de allí los estupendos chipirones en su tinta rellenos de sus patas, jamón y huevo.
Bien aderezado el steak tartare de añojo de Cervera, con buenas patatas fritas. Y agradable pincho de lechazo.
De postre, muy rico el helado de queso, hecho con leche de oveja de allí, y tocinillo de cielo al estilo Villoldo. Se vuelve.
Restaurantes donde comer bien a buen precio Madrid.