Comentario: Comer ostras en Madrid. Toda una institución de las marisquerías madrileñas. Local clásico, que ha adquirido justa fama por la excepcional calidad de los pescados y mariscos que abarrotan su escaparate y carta. Todo arrancó en 1958 cuando 2 hermanos hermanos procedentes de Guadalajara, abrieron una pequeña bodega en la que daban raciones como complemento de los vinos que vendían. ÇHoy después de más de 50 años, la vida sigue para la misma familia y son los hijos de aquellos (Rafael y Miguel Ángel), los que dirigen el negocio. Aquí la tradición manda y se declina en todos los ámbitos: decoración, servicio, cocina, estilo y "formas", con camareros tradicionales de chaquetilla blanca y corbata negra, que ya no existen por desgracia. Pequeña barra de aperitivo con clientela fiel, para tomar unas ostritas, gambas blanca o roja, su cremosa, buena y famosa ensaladilla, que antes casi solo tenía patata, pero la han añadido ventresca y ha mejorado notablemente. El salpicón de bogavante debería ser otro de los fijos del pedido, realmente espectacular. Bueno, si no le gusta el marisco, puede comer buen jamón de bellota, buñuelos de rape o unas tiras de calamar. Magnífica bodega. Magníficos precios en los mariscos, tan magníficos como los propios productos. Se puede cenar en domingo. Posee reservados y una terraza agradable.

Especialidades: Sobresaliente cocina de producto: nécora, centollo, camarón, bogavante, cigala... lo mejor del mercado. Rica sopa Rafa de pescado y marisco. Larga lista de pescados hervidos, plancha y al horno. Buen bacalao al pilpil con riojana, ricas cocochas de merluza en salsa verde. Y hablando de otros palos bien tratados aunque estemos en una marisquería, destacados morros y patas a la madrileña, estupendas albóndigas de ternera, buen steak tartare. También tienen buenas carnes rojas. Tartas capuchina, de queso o de chocolate. Comer ostras en Madrid.