Comentario: Restaurantes bonitos Madrid. Es encomiable que Nino Redruello, en vez de replicar otras marcas que ya poseen, crean un nuevo y diferente concepto de restaurante, que expresa una nueva narrativa de restauración contemporánea, que rompe con los códigos conocidos. Es este caso un concepto muy americano y hoy también nórdico: sostenibilidad a ultranza en todos los ámbitos del negocio. Sala que parezca una ruina habitada, paredes a medio acabar, suelo industrial, paredes sin adornos, y en algunos casos como sin acabar materiales y mobiliario reciclados, mesas comunales e informalidad radical. Por las noches, es más divertido, hay música en directo y un buen ambiente, eso sí, algo ruidoso para los que esto es importante.

Especialidades: En lo gastronómico, buenos proveedores, productos de gran calidad e incluso ecológicos. Es la cocina de los sabores de siempre. Interpretaciones contemporáneas de recetas y sabores de siempre sin grandes ambiciones (es decir, por donde va el mercado). Combinaciones que buscan la sencillez incluso en las propias ejecuciones y uniones de ingredientes. Así, aunque cambian la carta de acuerdo con el mercado de cada día. Están muy ricos los cogollos de huerto, la tortilla de boquerones con su raspa frita... piparras y cuajada solo por un lado. Cualquier tortilla de las que hagan está buena. Suculenta la molleja de ternera glaseada de un gran fondo de carne, con bimi y remolacha. Las dorada con almendra y uva tinta. Estupendos los garbanzos con tendones de ternera, cigalitas y berros. Chocante por contraste pero interesante, la dulzura yodada del calamar a la plancha con el amargo de las endivias braseadas. Ramen de otoño con boletus confitados y yema curada. Tarte tatin de puerros. Corvina a la parrilla. El bestseller de la carta, el escalope con huevo o sin él, trufa y cebollino; un gran escalope de cerdo de sabor neutro y agradable, que no puedes dejar de comer. Deliciosa la tarta de queso, elaborada con tres quesos: curado, azul y fresco; paulova de frutos rojos,  también, el fresco ceviche de mango, melón cantaloup, helado de coco y leche. Estos platos que podrían ser los fijos, se pueden añadir: un correcto tartar de vaca gallega con especias cajún, la buena lubina confitada su emulsión e hinojo confitado; un aceptable cabecero de ibérico asado, kale y albaricoque. Carta de vinos con marcas y vinos nada convencionales incluso por copas; y otra carta de refrescos, sangrías, micheladas, rebujitos y etc. Servicio atento y agradable. Restaurantes bonitos Madrid.