Comentario: Mejores restaurantes en Barajas, Madrid. Ubicada en La Alameda Osuna, junto a La Piovera y Barajas pueblo. Se inauguró en 2009, pero ha sido en los últimos años cuando ha conseguido hacerse un hueco en el mercado gastronómico madrileño. Sus ejecuciones demuestran personalidad, frescura y cierta chispa creativa. Se trata de una taberna contemporánea con grandes ventanales, cuyo mayor espacio lo ocupan la gran barra con asientos y las mesas altas de madera y hierro. Al fondo un pequeño comedor donde sirven los menús degustación. Siempre llena de gente disfrutando el momento. Todo respira relajación, buen clima y buenas vibraciones. Dos profesionales son los responsables: Daniel Vangoni a los mandos de la cocina y Álvaro Landazuri, ex Don Giovani y Viridiana, que selecciona la carta de vinos y dirige la sala.

Especialidades: En la barra y mesas altas ofrecen básicamente el mismo número de platos, pero en versión tapa y ración. Y lógicamente, son las versiones de platos con mayor magnetismo. El discurso de la cocina se mueve sobre todo en interpretaciones de recetas tradicionales españolas o internacionales que tratan con acierto y criterio. Siempre agradables y divertidos los picoteos, el mejor camino. Siempre con un puntito de transgresión. De aperitivo, buñuelitos de merluza crujientes y muy ricos. Aceptable ensaladilla con patata tipo puré, sin proteína y básica de ingredientes, pero no está mal. Agradables patatas bravas, en realidad croquetitas de patata crujientes y ricas, con las salsas por encima. Buen mollete de bacalao con tempura bien ejecutada. El bocata con mayor aderezo y acompañamiento mejoraría "la soledad" del bacalao y del conjunto. Pizza de chipirón, elaborada con masa esponjosa de focaccia, mayonesa, calabacín, tomate... una de las estrellas de la casa. La buena combinación de ingredientes hace de ella un todo jugoso y sabroso. Muy buenos los mejillones con salmorejo. Ensalada de lentejas caviar con encurtidos. Caballa en semisalazón con crema de guisantes. Trinxat con butifarra, rica autenticidad con buen punto. Rica la oreja de cerdo con salsa brava y pasta brick, de lo más destacado de la carta. Manitas con gambas rojas, francamente buenas por sabrosas, bien guisadas y melosas. Y las gambas que al presionar sus cabezas añaden su saborazo al guisote. Lograda y con sabor, la costilla de vaca a baja temperatura. De postre: delicada tarta de queso y muy fino y cremoso el brownie de avellanas. Importante y bien seleccionada lista de vinos, con destacada relación de clásicos, añadas míticas y champagnes. Servicio desenfadado, ameno, queriendo agradar. Merece la pena la excursión, comes bien, te lo pasas bien. Mejores restaurantes en Barajas, Madrid.