Comentario: Restaurantes informales en Chamberí. Estamos ante el fenómeno de nuevos proyectos creados por profesionales curtidos que fundan su propio negocio y comparten responsabilidades indistintamente dentro y fuera de la cocina. Esto añade frescura, profesionalidad y cercanía al cliente. El éxito de Nakeima, trajo Triciclo y éste a Bacira. Y seguirán porque es un modelo natural. Profesionales experimentados ponen su "chiringuito" en vez de currar para otro. Estos nuevos restaurantes transitan en una cocina de creación, global y de fusión. Parten de ingredientes conocidos y con fórmulas rupturistas, evocan la memoria a través de sabores reconocibles, platos identificables y guiños de aromas, especias, tratamientos y elaboraciones de una cocina global con predominancia española, japonesa y latinoamericana. Tres profesionales: Vicente de la Red con un gran curri: Can Roca, Aponiente, El Mesón de Doña Filo, Kabuki, Urkiola Mendi, 99 Sushi Bar, etc. Carlos Langreo, La Maruca, 99 Sushi Bar; y Gabriel Zapata, sushiman de origen chileno con experiencia en varios japoneses y en Madrid en: Distrito 728 y Nikkey 225, donde han coincidido todos. Ocupan el local que fue de Amasia y media vida la arrocería Balear. Local de techos altos, contemporáneo, buena luminosidad, de color blanco y azulejos en paredes, con una sonoridad tirando a alta cuando está lleno. Buenos cócteles desde tradicionales a novedosos con ingredientes frutales o alcohólicos rupturistas.

Especialidades: Carta variada con platos fuera de carta y la posibilidad de medias raciones. Chupito de crema de remolacha y huevas de mujol, fresco y liviano. Gazpacho de cereza equilibrado y refrescante, correcto. Niguiri de atún marinado en soja con romesco, rico. Croquetas thai de mejillón. Tiradito de lubina a la bilbaína, o de dorada con vieiras y salsa huancaína, o de carabinero con panceta ahumada, excelentes, de lo mejor (nos recuerda a Kabuki, claro).  Sardinas ahumadas con ajo blanco. Tartar de atún picante con aguacate. Huevo a 65º con migas, patatas y chorizo. "Risoteo" de setas con jamón, es un trampantojo de pasta, cremoso y bien resuelto. Buen bocado también, el mollete japònés de molleja con chimichurri. Ravioli de morcilla con piñones, manzana, salsa de piquillos y kimuchi, poderoso y brutal de sabor y de rico. Esturión ahumado con crema de lemon grass y huevas de mujol. Las albóndigas guisadas de rabo de toro con puré especiado de patata, la suculencia hecha albóndiga; y los callos con ají panca y curry; muy sabrosos, también de lo mejor. En los postres colores nipones: coco, fresa y almendras; tarta de queso con helado de calabaza. Magnífica selección de vinos y precios comedidos. Servicio atento y profesional. Restaurantes informales en Chamberí.